Entrevista a un gasfiter de tomo y lomo
"Muchas bromas se realizan al hablar de mi trabajo y todas las veces me rio con ellas"
Nos cuenta Don Juan Carlos, quien ha recibido más de un par de suspensores de regalo de sus familiares más bromistas, los cuales guarda con gran alegríía.
Don Juan Carlos lleva más de 25 años en este oficio el cual realiza con mucho cariño, "partí desde chiquitito" nos cuenta, desarmando los lavaplatos cuando se le caían bolitas, soldados y otros juguetes, momentos en los cuales más de algún tirón de orejas le llego por no volver a armarlos bien. Hoy día los arma a la perfección, y es que esta es una de las tareas que realiza a diario: destape de cañerías, instalación de inodoros, cambio de llaves, instalación de calefones, y muchas otras más.
Nos cuenta que hay clientes que son hijos o nietos de sus primeros clientes, y la lealtad hacia su trabajo se ha transmitido entre generaciones, para él una de las claves de su trabajo es estar siempre disponible, ya que gran parte de las llamadas son emergencias, se le tapo el baño y tiene visitas, la llave no para de correr, el calefón no funciona, etc. Don Juan Carlos siempre responde los llamados y visita el domicilio lo antes que puede, y esto es lo que él considera como clave de un buen servicio.
En sus inicios como gasfíter las personas iban a buscarlo a su casa, ya que él tener teléfono era algo muy difícil, pero con el paso de los años las nuevas tecnologías han facilitado su trabajo y hoy día solo entrega una tarjeta con su número de celular lo cual le permite estar siempre disponible y manejar una agenda para sus visitas.
No se arrepiente del trabajo que eligió porque le ha permitido conocer a muchas personas a lo largo de su vida, también agradece que sea un trabajo exigente ya que los productos van cambiando con el tiempo, también las normas lo que le exige estar siempre buscando información para realizar su trabajo de manera impecable.